A los niños a los que le gusta el espectáculo no puedes privarlos de protagonizar su propio momento. Hay casos especiales pero la mayoría de los pequeños que se apuntan a baile, teatro o cualquier cosa parecida hay que organizarles algún tipo de espectáculo de fin de curso porque es lo que realmente están esperando desde el principio. Mi hija está apuntada a esta escola de ball a Barcelona (escuela de baile en Barcelona) desde hace ya tres años y lo que más ilusión le hace son los espectáculos que montan en Navidad y en Fin de Curso
Dos niños de la edad de mi hija son los nuevos protagonistas de un videoclip de Alejandro Sanz y ¿sabéis lo que dijo mi pequeña cuando los vio? Pues que no entendía porque salían ellos que no saben bailar y no alguien como ella. Me eché unas buenas risas la verdad.
A veces pienso que a los que nos gusta todo eso no se nos llega a vaciar nunca el hueco donde se instalan las ganas de subirte a un escenario. Yo antes hacía teatro y no sabéis cuánto echo de menos el aplauso del público, el calor de los foco en mi cara, el cambiarme de ropa corriendo porque tengo pocos minutos para el cambio de vestuario, el viajar de aquí para allá enseñando lo que sé hacer, etc.
He participado en el montaje de obras clásicas y contemporáneas, musicales la mayoría de ellas la verdad, y volvería a hacerlo mil veces más. La primera obra en la que actué fue Supertot, esa no era un musical la verdad, de Benet i Jornet. En ella hacía de china, así como suena, intentando pronunciar todo con la “L”. Aún lo recuerdo. Al año siguiente montamos el Decameron, de Bocaccio. Con esa obra nos llevamos algún que otro premio a nivel local. Después vino “Bus”. Una obra de teatro escrita por mi director sobre la muerte, o suicidio, de un chaval de nuestro instituto que se mató con la moto. Representamos la obra por toda la provincia subvencionados por la Generalitat y nos dieron varios premios por ella. Luego vino el primer musical “Sussi”, que no era otra cosa que una versión ligth de “La pequeña tienda de los horrores”. También gustó mucho y empezaron a pagarnos. Al mismo tiempo empezamos a montar “El porqué de todas las cosas “ también conocido como “El perquè del tot pelgat!” de Quim Monzó. Con esa obra no tuvimos mucho éxito pero todo cambio con Antígona, Electra, Lisistrata y Pséudolo, todas obras clásicas griegas que adaptamos a nuestro momento actual y con las que tuvimos varios reconocimientos a nivel nacional e incluso Internacional. Nos invitaron para ir a actuar a Argentina ni más ni menos, aunque no pudimos ir porque los que nos invitaban nos pagaban la estancia allí, alojamiento, comida y viajes dentro de la propia Argentina pero teníamos llegar nosotros por nuestra cuenta y el viajecito en avión de las narices es una auténtica pasta y si eso lo multiplicas por el número de participantes que éramos lo habríamos flipado mucho.