Todos y todas somos perfectamente conscientes de los efectos que ha tenido una pandemia como la que todavía a día de hoy tenemos que seguir sufriendo en la sociedad moderna. No está siendo nada fácil lidiar con este tema, en primer lugar porque sigue dejando víctimas mortales por todos los lados y, en segunda instancia, porque ha impedido que muchos negocios hayan podido obtener los beneficios que les son necesarios para su supervivencia. Está claro que, con esta situación, nadie puede sentirse cómodo. Y, aunque llevamos escuchando que se acerca el final, lo cierto es que aquí seguimos.
Hemos hablado de los problemas ocasionados en materia sanitaria y económica… pero lo cierto es que debemos ir más allá. Tenemos la obligación de hacerlo para ser conscientes (y hacer que todo el mundo lo sea) de los problemas que ha vivido un mundo como el de la cultura en los momentos que hemos vivido en los últimos dos años. Los conciertos, los espectáculos, los recitales, el mismísimo cine y muchas más actividades se han visto relegadas no a un segundo plano, sino a un décimo. El problema es que, de este modo, las miles de personas que se dedican a ello han visto paralizados sus ingresos.
Ya lo decía una noticia publicada el 24 de junio del año pasado en la web Somos Iberoamérica: la pandemia estaba dejando al mundo de la cultura en números rojos. Y resulta que ha sido uno de los sectores que ha permitido que la gente tuviera un entretenimiento durante el confinamiento estricto marcado por la primera ola de COVID-19. Como apunta ese artículo, los artistas, en esos momentos, encontraron maneras de ofrecer esperanza a pesar de que eran perfectamente conscientes de que el sector en el que se desempeñan estaba perdiendo fuerza e ingresos.
Además, la llegada del coronavirus ha traído la continuación de un problema que en el mundillo de la cultura ya se conocía como la década perdida. De ello habla una noticia de El País que habla de la enorme crisis que vivió el sector con la llegada de una situación económica nefasta desde el año 2008 hasta bien entrada la siguiente década. Si juntamos esa crisis con la provocada por el coronavirus, llegaremos a la conclusión de que, en los últimos 15 años, la cultura solo ha tenido 3 en los que su situación ha ido a mejor. Eso exaspera a cualquiera.
La gran pregunta que todo el mundo se hace en el momento en el que nos hallamos es: ¿es seguro acudir a un espectáculo relacionado con la cultura como un concierto, un musical, al cine? La verdad es que hay opiniones para todos los gustos, pero nosotros tendemos a pensar que es seguro acudir a esos espectáculos si contamos con las medidas de seguridad adecuadas. De hecho, desde que terminó el último Estado de Alarma se han desarrollado bastantes eventos de este tipo sin que se hayan producido grandes cantidades de contagios. Todo ha sido posible gracias a las medidas de seguridad interpuestas por los organizadores.
Las medidas de prevención contra el coronavirus se han convertido en la mejor garantía y salvaguarda de la cultura en España. Por suerte, hay muchos espectáculos que ya se han retomado tras las peores horas de la pandemia sin que las consecuencias para los datos de contagios hayan sido graves, lo que demuestra que estamos en la línea de actuación correcta. Los profesionales de Stocknet Vallés nos han señalado que las agencias y empresas encargadas de organizar eventos de este tipo son las que más demandan productos como geles hidroalcohólicos o desinfectantes contra el coronavirus. Y es que es conveniente que la seguridad esté garantizada tanto para el público asistente como para los profesionales que se encargan de dar vida a esos eventos.
Vamos a seguir usando estos productos durante mucho tiempo
La gran pregunta que nos hicimos cuando, en marzo de 2020, llegó la pandemia era hasta cuándo iba a durar una situación como esa. Han pasado casi dos años y seguimos sin respuesta a pesar de que ya tenemos una vacuna que está funcionando bastante bien contra el virus. No sabemos cuándo cesarán los contagios y la gravedad que implicará el virus dentro de un año, por ejemplo, pero lo que tenemos meridianamente claro es el hecho de que va a ser completamente imposible que dejemos de usar geles hidroalcohólicos, desinfectantes o mascarillas a corto plazo.
Por un lado, resulta mejor que así sea. Si algo ha dejado claro a la gente esta pandemia, eso ha sido la importancia que tiene el hecho de apostar por la higiene en casa, en nuestro puesto de trabajo y en cualquier otro escenario en el que nos solamos mover. Así que promover todo lo que tenga que ver con esa higiene será de gran utilidad no solo para los próximos años, sino para el resto de nuestra vida.
