El turismo cultural es una inmejorable forma de viajar y conocer lo diverso que es el mundo. Como defiende el sector e incluso las escuelas universitarias como Formatic Barcelona, desde sus años de experiencia en la docencia del turismo, hablamos de una actividad que además de grandes beneficios para las ciudades donde se desarrolla, permite que actividades como el ballet, el flamenco o diversas artes sigan desarrollándose.
Un turismo diferente
Esta clase de turismo se diferencia del de sol y playa, que tiene como principal objetivo el descanso. En el cultural, lo que se quiere es descubrir, conocer, todo ello en el sentido más amplio de la palabra. El conocimiento de la historia, las artes y las gentes, así como sus costumbres y una forma distinta de ver el mundo en el que vivimos.
¿Qué es el turismo cultural?
Pese a que el turismo siempre hemos podido verlo vinculado de forma directa a este tipo de conocimiento, si que hay que decir que a partir de la década de los 70, la UNESCO tuvo un papel destacado al desarrolar la Convención sobre el Patrimonio Cultural y Natural, donde tuvo el objetivo no solo de conservarlo, también de luchar en su promoción.
Todo esto ha ayudado a que actualmente, el turismo de carácter cultural tenga un gran auge en todo el planeta, en especial en el continente europeo. Existen más de 1000 sitios que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad, y muchos de ellos están distribuidos en tres naciones, con alrededor de medio centenar en tres países, Italia, España y China, siendo los dos primeros de Europa.
El Secretario General de la OMT, dijo que «La cultura es uno de los motores del crecimiento del turismo” un dato lo deja bien claro, pues según la OMT, el turismo cultural en el planeta es cerca de un 40% de la actividad.
Los beneficios que ello supone son importantes, muchos de ellos de carácter inmaterial, como la preservación del patrimonio cultural y artístico, así como la prosperidad en sitios que no son destinos turísticos tradicionales o el establecimiento de lazos entre las culturas.
Si vamos a los materiales, podemos hablar del gran impacto que ellos suponen para la economía y el empleo. Hay que considerar que los gastos que hacen los viajeros en el turismo cultural son destacados y terminan provocando que se creen numerosos puestos laborales en sectores como el cultural, comercial u hostelero.
Clases de turismo cultural
Este tipo de turismo es de gran amplitud, tanta como la cultural, donde podemos ver como en él se incluye toda actividad que sea seña de identidad de una nación, zona geográfica, o pueblo. En él se abarca, desde el cine, al deporte, la religión, gastronomía, naturaleza, o el folclore.
El caso es que hay otras clases de turismo cultural menos convencionales y que podríamos tildar de alternativos, como es el turismo funerario. Hay necrópolis como las de París, Londres o el de Buenos Aires, que son de gran atractivo histórico y artístico.
De la misma forma, también hay turismo donde el cine tiene mucho que ver, algo que podemos ver en el que nació con la saga de El Señor de los Anillos, donde hay actividades en los sitios donde se rodaron las películas, los cuales están en Nueva Zelanda. Algo que también se puede ver en otros sitios donde los fans han visto películas o series.
Otro turismo que es de lo más solicitado es el de guerra, el cual recorre muchos lugares que han sido testigos de batallas históricas, así como el turismo ufológico, donde los ovnis y los sitios donde se han visto son las estrellas. En clara relación con lo ufológico, podemos hablar del turismo de espectros, el cual nos lleva a bosques y casas encantadas o donde hubo acontecimientos paranormales.
Si vamos al ballet o las artes escénicas, hay varias ciudades en el mundo donde el turismo acude a sus funciones y representaciones con profusión. Barcelona, Viena, Londres o París son algunas de ellas. Sitios donde la historia y un mantenimiento e incluso potenciación de las zonas ha ayudado a que sigan siendo sitios destacados donde se puedan disfrutar de estos destacados espectáculos.
Desde aquí, pensamos que el turismo cultural es fundamental en el desarrollo, mantenimiento e incremento de la cultura, por lo que es un bien que hay que preservar y donde las inversiones públicas y privadas deben ser uno de los motores más destacados que nos ayude a cumplir los objetivos que se deseen para que la cultura siga teniendo una buena salud.