El verano es la estación del año más especial y más particular. Para unos, los meses de julio y agosto solo sirven para descansar, olvidar el duro esfuerzo del resto de meses y recuperar fuerzas. Para otros, este periodo de tiempo es el más difícil de todo el año y en el que más trabajo se acumula. Las personas cuya profesión guarda relación con el ocio o el espectáculo suelen formar parte de este grupo.
Las actividades profesionales ligadas ese ocio o espectáculo desgastan una auténtica barbaridad. Debemos tener en cuenta que muchas de ellas (por no decir todas) se desarrollan en un contexto en el que las altas temperaturas son protagonistas. Aunque el evento tenga lugar por la noche. Esto genera una serie de agobios que deben tratarse cuanto antes para eliminar el estrés acumulado.
Durante los últimos veranos me he visto obligado a combatir esta serie de agobios. Soy músico y trabajo como guitarrista en una orquesta encargada de versionar canciones de grupos de rock como Guns N’ Roses, Bon Jovi, Queen o Pink Floyd. Durante cada noche, sobre el escenario, damos absolutamente hasta la última gota de sudor para que la gente se lo pase en grande. Esto genera, a la larga, problemas físicos que hay que tratar. Y tomar un masaje puede ser una alternativa para obtener el relax necesario para que desaparezcan.
Fue hace dos veranos cuando comencé a pensar en tomar masajes para tratar de hacer desaparecer estos problemas. Sin embargo, no iba a ser una tarea fácil encontrar una entidad que de verdad contara con los servicios de auténticos profesionales en la materia. Hacer masajes es una actividad que no puede realizar cualquiera puesto que existe el riesgo de empeorar y lesionar al paciente y por eso necesitaba encontrar un servicio de una calidad más que demostrada.
Decidí preguntar a algunos de mis compañeros de orquesta para conocer algunas alternativas. Fue David, uno de nuestros bajistas, el que me presentó la página web de Evasiom Spa, una empresa dedicada a la realización de diferentes tipos de masajes y cuyo objetivo no era otro que el de garantizar una experiencia única y relajante para el paciente. Justo lo que me hacía falta.
Apunté los datos de contacto de aquella empresa y llamé por teléfono para obtener más información. Los profesionales de aquel centro me convencieron con sus explicaciones. Eran auténticos expertos en la materia y eso para mí significaba mucho. De hecho, era lo más importante en mi situación. Me dejaba tranquilo que quien me fuera a tocar supiera lo que hiciera y por eso me decanté a acudir para recibir sus servicios.
Una experiencia gratificante y reconfortante
La primera vez que acudí a las sesiones de masaje de Evasiom Spa me bastó para convencerme de que había escogido el camino correcto. Escogí un masaje Body Scrub, que me ayudó no solo a relajarme sino a hidratar mi piel, muy seca por naturaleza. Los 50 minutos que duró el masaje fueron extraordinarios y, como su precio no era demasiado grande, me convencí a mí mismo para regresar a aquel centro siempre que tuviera la más mínima oportunidad.
Los efectos de aquel masaje (todos positivos, por supuesto) comencé a notarlos desde el momento en el que salí del centro. Estaba mucho menos dolorido, más relajado y sobre todo, mucho más deseoso de que llegara la noche para actuar de nuevo. Había recuperado las ganas y las fuerzas, unas condiciones más que necesarias para hacer de nuestro espectáculo un auténtico fenómeno de masas. Tal y como los grupos de rock a los que versionamos.
Seguimos haciendo de nuestra orquesta una verdadera pasada. Las caras de nuestro público reflejan la ilusión y las ganas con las que vienen a vernos. La gente está deseosa de escuchar buena música y el verano es una estación perfecta (la mejor, qué duda cabe) para hacerlo. Que los músicos estemos en perfectas condiciones físicas para hacerlo posible es una necesidad. Y Evasiom Spa es un remedio extraordinario para ello.