Abogados para desbloquear el Arte

A menudo olvidamos que el arte y los espectáculos, para muchas personas, también son su medio de trabajo. Es decir, que aunque nosotros lo disfrutemos como ocio y todo nos parezca, en cierto modo, idílico, para un montón de personas en plantilla, no es más que un trabajo con el que subsistir y ganarse la vida. Y como en todos los trabajos, en algunas ocasiones, se entroncan y necesitan el desbloqueo que proporciona un bufete de abogados. Seguramente nos sorprenderíamos si comprobásemos el número de casos civiles y laborales provenientes del mundo del espectáculo que recibe el despacho de abogacía de Miguel Durán. Seguramente, este abogado laboralista en Sevilla haya tratado algún caso relacionado con los muchos rodajes que se han instalado en la ciudad andaluza en los últimos años. No han sido pocos: la serie Juego de tronos (David Benioff y D. B. Weiss, HBO, Estados Unidos, 2011-?), la trilogía moderna de Star Wars, en la que Hayden Christensen y Natalie Portman caminaron por la Plaza de España, que simulaba el reino de Naboo y muchas más películas internacionales, como alguna de la saga Misión imposible, que eligieron Sevilla como su localización más preciada. Sin embargo, lejos del glamour, en la capa subterránea, seguro que laten las mismas tensiones que en cualquier otro trabajo. Y probablemente en alguno de estos conflictos sea precisa la intervención de un experto en desbloquear situaciones laborales o de cualquier otro tipo (económicas, civiles, etc.).

No obstante, no es el cine el único espacio del Arte en el que pueden surgir estas tiranteces en el ámbito de lo legal. Desde la Literatura hasta el Teatro, pasando por cualquier disciplina artística que se nos ocurra, todas tendrán sus propios conflictos internos. En la Literatura, por ejemplo, sin ir más lejos, el tema de los agentes, las comisiones, los derechos de autor… Todos estos segmentos pueden propiciar desavenencias entre los escritores (trabajadores del sector) y las empresas editoriales o representantes (empresas del sector). Y en ciertas ocasiones, la única manera de desbloquear estas tensiones será con la ley en la mano, aplicando los postulados que marque esta y previniendo en todo caso, los intereses de ambas partes para buscar la solución más acorde y beneficiosa para ambas.

El ámbito del teatro es otro de los que resulta susceptible a la intervención jurídica. Tanto en el sentido de los pleitos que podrían abrir los trabajadores del sector (actores, figurinistas, decoradores, técnicos de luces y sonido, etc.) como los que podría establecer el sector, en general, a nivel de empresas con otras partes como la administración pública o privada de los centros de representación, por ejemplo. O, por otra parte, la siempre espinosa rama de los conciertos y su preparación. Los lugares, los arrendamientos, los pagos, la explotación del terreno… Todos estos brazos invisibles del mundo del espectáculo son un terreno en el que un abogado tendrá que entrar cuando las soluciones que buscan las partes no lleguen por sí mismas.

¿A quién habrá que acudir entonces? Lo lógico en este tipo de casos es acudir a un bufete de abogados en el que se traten temas civiles, laborales y de todo tipo. La razón es muy sencilla: según el tipo de problemática, así necesitará una solución u otra, desde una rama jurídica o su hermana. Es decir, el abogado laboralista entrará en un tipo de conflictos entre empresas y trabajadores, por ejemplo, mientras que el que ostente la especialidad del derecho civil probablemente tenga que llevar a cabo su trabajo en un conflicto entre la administración pública y la empresa de representación y organización de eventos. Lo cierto es que la mejor solución es acudir a un despacho que ofrezca las garantías múltiples de varias especialidades. De esta forma, nos aseguraremos que, sea cual sea el tipo de conflicto que nos atañe y tenemos que solucionar, lo dejaremos en manos expertas, ágiles y de confianza. Lo dice, precisamente, el citado bufete Durán & Durán: la relevancia del trabajo, en estos casos, queda impresa en el sello de calidad y eficiencia que se aplica a cada caso.

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