El teatro queda, cada día más, sólo para las clases más pudientes de España. Las entradas para los grandes Teatros son cada vez más caras y el teatro amateur, gratis o casi gratis, cada vez está menos protegido. Puede que el Estado invierta en los grandes escenarios, en tener contentos a las grandes compañías de danza, teatro y performance, pero las instalaciones de los teatros menos conocidos dejan mucho que desear porque no interesa económicamente, así de claro. Por eso hay veces que me entran ganas de dar al Ayuntamiento el teléfono de Flodesin, que hace una gran labor de
desratización en Tenerife, con el fin de que hagan lo mismo con teatros de otras provincias españolas, o el teléfono de esta empresa de
productos de limpieza industrial para ver si pillaban la indirecta y alguien se decidía a adecentar un poco el espacio porque no es ni medio normal ver clínex usados por el suelo de un teatro, aseos sucios y cucarachas o ratas paseando a sus anchas por los pasillos. No es normal.